VIRGEN SANTÍSIMA DE DOLORES

La evangelización del Nuevo Mundo por parte de la corona española es fundamental para entender la religiosidad popular del continente americano en este sentido el caso de Guatemala no es la excepción ya que el catolicismo desde el siglo XVI es parte de la vida en el ideario de la colectividad social con todas sus celebraciones y conmemoraciones establecidas en el calendario litúrgico y que se viven de manera especial en esta tierra.

En este sentido la devoción a los dolores de la madre de Dios, está presente desde la colonia hasta nuestros días no solo por medio de la conformación de cofradías bajo la advocación de Dolores y Soledad, sino también por la veneración de esculturas que rememoran el dolor de la santísima Virgen María en la Pasión de Cristo.

En el caso particular de la parroquia de Candelaria, trasladada en el año de 1784 a esta capital tras los terremotos de Santa Marta de 1773 y que obligaron a la traslación de la ciudad del valle de Panchoy al de la Ermita por medio de la real cedula de traslación del rey Carlos III la devoción a los dolores de la Virgen María a estado presente.

Esta mística devoción tiene su principal referente en la escultura de nuestra Señora de los Dolores de Candelaria que se venera en la capilla de Jesús Nazareno y que cada jueves santo le acompaña en su solemne y antiguo cortejo por los viejos barrios de la Nueva Guatemala de la Asunción.

Al respeto de su origen e historia existen dos hipótesis las cuales vale la pena poder citar y analizar para poder ampliar el corpus de investigación e historiografía de la citada dolorosa y que buscan poder determinar la temporalidad de la escultura y su posicionamiento en la religiosidad popular del guatemalteco siendo los siguientes aportes interesantes y valederos como fuentes de investigación para poder esclarecer el origen como importancia de la veneración a esta insigne escultura de Pasión:

El arquitecto e investigador de la imaginería guatemalteca Mario Ubico Calderón nos indica que con los terremotos de Santa Marta del año de 1773 y las posterior traslación de la ciudad de Guatemala en el año de 1776 se comienza el traslado de las parroquias de la misma urbe a este nuevo asiento citadino siendo en 1784 la parroquia de Candelaria asentada en este valle de la Ermita, ocupando el territorio de la Parroquia de la Asunción y su pueblo ( Hoy parroquia de la Santa Cruz zona 6 de esta ciudad)[1]

En este mismo contexto desaparece la parroquia de la Asunción y se le conocerá desde esta época como la parroquia vieja ya que su similar de Candelaria ocupara su lugar como ente administrador de la religión católica en ese espacio habitacional.

En este sentido Ubico cita que si bien desaparece la parroquia de la Asunción no se conoce con precisión la fusión completa de sus bienes con la Parroquia de Candelaria esto por razones de espacio y por qué el padre Eloso traslado bienes de su parroquia en la antigua y de las ermitas que este administraba a la nueva sede de Candelaria en esta ciudad.

Por lo que a criterio del arquitecto Ubico solo algunos bienes pasaran a la sede de Candelaria siendo la antigua parroquia de la Asunción, rica en cuanto a imaginería colonial como está demostrado en las constantes visitas pastorales en la época colonial.

En este mismo contexto del siglo XVIII se logra ubicar la existencia en la parroquia de la Asunción dos imágenes que representan a los dolores de la Virgen María siendo estas la imagen de la Virgen de Soledad ligada al santo entierro y una Dolorosa con su resplandor de Plata y Daga como quedo descrito en 1769 en un visita pastoral al burgo de la Ermita por parte del Arzobispo Cortes y Larraz.

En este mismo sentido Ubico nos indica que ha logrado ubicar dos esculturas de Dolorosas cercanas entre si y que pueden ser de ellas alguna la actual Virgen de Dolores de Candelaria siendo estas citadas en el año de 1763 durante la administración del párroco de la Asunción Miguel Albares una ubicada en esta parroquia de media talla y la otra en la cercana ermita del cerro del Carmen.

En 1734 en una visita pastoral a la parroquia de la Asunción por parte del Obispo Gómez de Parada se menciona como una de las hermandades, más importantes de esta iglesia la dedicada al culto de nuestra señora de Dolores la cual tenía un altar especial donde se veneraba a la citada efigie de una Dolorosa de tamaño mediano con su diadema de plata.

Con la traslación y supresión de la parroquia de la Asunción y dado su importancia en cuanto al culto Ubico cita la probabilidad de la traslación de la antigua parroquia vieja a la de Candelaria de la imagen de la Dolorosa siendo esta la que actualmente veneramos y acompaña a Cristo Rey en sus cortejos de Jueves Santo.

En este contexto es menester indicar algunas limitantes en la hipótesis de Ubico al día de hoy no se a logrado ubicar un documento que pruebe el traslado de la escultura de la parroquia vieja a Candelaria así como los rasgos mismos de la escultura no encajan al menos estilistamente en los cánones del siglo XVIII, cuando pudo haberse realizado al menos que esta haya sido intervenida grandemente para poder mejorar algunos aspectos del encarnado en el siglo XIX.

El licenciado en Historia Mario Alfredo Alvarado por su parte maneja otra hipótesis sobre el origen y culto de nuestra señora de Dolores de Candelaria, siendo esta la siguiente con motivo de una investigación en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala en el año 2013 (AHAG) cita un documento importante para la parroquia de Candelaria como lo es un inventario de bienes de la escultura de Jesús Nazareno siendo hasta el momento el primer inventario de bienes conocido y ubicado de la cofradía ya en esta nueva ciudad.[2]

En este mismo contexto por la caligrafía del documento podemos ubicarlo a inicios del siglo XIX siendo un interesante referente en cuanto a los bienes de la cofradía y de la escultura del Nazareno de especial mención será el numeral 12 del citado documento.

En ese apartado se menciona Una imagen de la Virgen de Dolores Grande con su daga de plata y un manto de terciopelo negro el dato es interesante ya que cita a la escultura así como su tamaño y parte de su orfebrería.

[1]Santísima Virgen de Dolores de Candelaria publicación en el suplemento Semana Santa en Guatemala espejo mágico de nuestra identidad en el diario La Hora del 22 de marzo del 2013 página 14

[2] AHAG Sección Archivo año 1818

En este mismo documento señala el historiador Alvarado se encuentran más datos relacionados con la escultura de la Virgen de Dolores como lo son la utilización de dos tableros con las indulgencias dadas por los romanos pontífices a la cofradía para recoger limosna que pertenecían a la Dolorosa y un estandarte que la identificaba para la procesión del Jueves Santo en color morado.

En este sentido Alvarado nos indica que la escultura de la Dolorosa fue realizada según el por expresa petición de la cofradía de Jesús Nazareno ya en la Nueva Guatemala para acompañarlo en sus cortejos de jueves santo esto tras la reorganización de la cofradía en 1804.

Esta deducción la saca por medio del seguimiento documental a los inventarios de la parroquia de Candelaria y porque es la primera vez en este documento del siglo XIX donde se menciona la citada escultura la cual desde hace más de 200 años ha recibido la veneración del pueblo católico.

En este mismo contexto Alvarado indica que el culto a la Dolorosa de Candelaria siguió en auge como lo muestran varias publicaciones que el ha investigado y ubicado en la hemeroteca Nacional de Guatemala del semanario El Nazareno que fue el órgano oficial de la Hermandad de Jesús de Candelaria en los años 20 y 30 del siglo pasado.

En dichas publicaciones se habla de las conmemoraciones de cuaresma y semana santa en la citada parroquia a inicios del siglo XX y como la Dolorosa era parte fundamental de las mismas al lograse encontrar invitaciones de la época para adquirir turnos para el cortejo de Jueves Santo. Es importante citar que para la época las inscripciones se abrían durante los domingos de cuaresma hasta el domingo de Ramos en horario de 9 a 12 del mediodía y de 2 de la tarde a 4.[1]

Es importante indicar que la inscripción de damas no se realizaba de manera conjunta con la de Jesús sino era por separado en la casa de la señora Antonia Polanco viuda de Ruiz miembro de la hermandad de Dolores siendo el valor del turno para la época ½ quetzal.

[1] Semanario El Nazareno número 266 de fecha 17 de marzo de 1929 pagina 5